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El POSEI 2022 intenta contener la caída de la ganadería

Atendiendo algunas de las demandas de ASAGA Canarias, se aumenta el cupo de terneros y novillas, se impulsa el consumo de carne local y, por primera vez, el de gallina. La producción de huevo también sale reforzada.

El POSEI 2022 intenta contener la caída de la ganadería

Intentar evitar que la ganadería siga perdiendo peso en el cómputo global del sector agrario de Canarias (en algunos subsectores como el porcino supera el 20%) es una de las prioridades hacia las que se ha enfocado la modificación del Programa de Ayudas a las Producciones Locales (POSEI) en 2022. El documento, enviado a Bruselas a finales de julio para su aprobación, fruto de varias reuniones mantenidas entre la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias con las organizaciones agrarias para reajustar cambios en las partidas, importes de las ayudas y cupos en función de las necesidades de cada subsector, incluye parte de las demandas de ASAGA Canarias. Dichas demandas están dirigidas a corregir la deriva de aquellos subsectores más desfavorecidos que ya venían arrastrando importantes pérdidas en los últimos años y han empeorado con la llegada de la pandemia.

El reajuste ha permitido, dentro de las medidas de apoyo de este programa a la producción animal, aumentar en 840 cabezas el cupo de terneros importados destinados al engorde y en otras 350 cabezas la reposición de vacuno de leche con novillas nacidas en Canarias; incrementar la ayuda al consumo de carnes de porcino, conejo, caprino y ovino (incluyendo la raza pelibuey) hasta los 250 euros por tonelada de peso de canal, 18 euros más de lo que estaban percibiendo hasta este año e incorporar, por primera vez, la carne de gallina como beneficiaria de estas ayudas.

Los productores señalan que estas medidas son “paliativas”, pretenden atenuar la tendencia a la baja en la que está sumida la ganadería local en la última década, pero su desarrollo depende de múltiples factores entre ellos el coste de la alimentación del ganado. Desde finales de 2020, el precio de los cereales destinados al abastecimiento de la cabaña ganadera se ha disparado en los mercados internacionales donde cotizan cada vez más al alza.
Para compensar los elevados costes de transporte y almacenamiento que les supone a los productores locales la importación de estos insumos, ASAGA Canarias solicitó recuperar la ayuda REA de 100 euros por tonelada para los cereales, ocho euros más de lo que perciben los ganaderos actualmente. “Recuperar esta cuantía, junto con las medidas adoptadas, implicaría como mínimo que se mantengan las explotaciones existentes y no se siga destruyendo la actividad como hasta ahora”.

En línea con lo anterior, también la producción local de huevos de gallinas verá ligeramente compensados los elevados costes que deben asumir los avicultores canarios por producir en un territorio fragmentado y alejado como el Archipiélago para poder hacer frente a la competencia de las importaciones. Así, a partir del próximo año, un productor podrá percibir 0,06 céntimos por cada docena de huevos producida, lo que supone 0,02 céntimos más que en la actualidad, además de que se compensa con un euro por cabeza la importación de pollitas para reproducción de puesta de hasta 185 gramos de peso. El sector avícola, aunque valora positivamente la subida que se complementa con la recuperación paulatina de la restauración y la hostelería en Canarias contribuyendo a reactivar la comercialización, considera que no cubre la totalidad de sus demandas.

En el apartado de producción vegetal del POSEI, el sector de flores y plantas, el único que permaneció cerrado durante el confinamiento, además de arrastrar años de reducciones en el comercio interior de entre el 10 y el 20%, verá aumentada su ficha financiera en 208.780 euros para el próximo año. Los floricultores califican esta cuantía de “insuficiente” al cubrir solo el 75% de su facturación. Este nuevo sistema para calcular la ayuda a percibir premia el valor del producto y no la mera cantidad de lo producido como hasta ahora. Los productos de mayor valor eran los más perjudicados por el sistema de ayuda por unidad al no representar el coste real del producto.

Por otro lado, el sector de frutas y hortalizas, aquejado de una grave situación por el cierre de la hostelería y la restauración que les obligó a destruir más de un 60% de la producción ante la imposibilidad de comercializarla y después de realizar entregas al banco de alimentos, ONG y comedores sociales, pendiente todavía de una línea de ayudas directas, no verá incrementado su presupuesto para el próximo año dentro del POSEI. Por otro lado, se incorporan por primera vez las producciones de frutas tropicales (papaya, mango, aguacate y otros) que percibirán 130 euros por tonelada cuando se comercialicen en el exterior y se incrementa la cuantía del tomate de exportación que sube hasta los 42 euros por tonelada para productores agrupados y asegurados.

Dentro del sector de frutas y hortalizas, la Consejería de Agricultura ha rebajado el volumen de producción mínima para poder acogerse a estas ayudas a los productores ecológicos, individuales o asociados, que pasa de los 75.000 a los 50.000 kilos. Una medida que contradice los preceptos de la UE, favorable a incentivar la integración de los agricultores en cooperativas u organizaciones de productores para conceder ayudas con importes superiores, y que ASAGA Canarias apoya.

Recorte al vino y a la papa

Sectores como el vino y la papa, con importantes pérdidas de superficie en las últimas dos décadas, 7.000 hectáreas el primero y cerca de 2.000 hectáreas el segundo, son los que verán recortado su presupuesto para 2022 en 700.000 y 300.000 euros, respectivamente, aunque no se tocará la ayuda unitaria.

Las líneas afectadas serán la ayuda a la hectárea para el mantenimiento del cultivo de vides destinadas a la producción de vinos con Denominación de Origen Protegida (DOP); la ayuda a la transformación y embotellado de vinos con DOP producidos en Canarias; la ayuda a la mejora de la competitividad en la comercialización exterior de los vinos con DOP y la ayuda por hectárea y a la comercialización para el cultivo de papa.

Los productores entienden que este recorte es una “medida temporal debido al retraimiento que han experimentado ambos sectores” y confían en que los importes perdidos ahora se puedan recuperar en el futuro a medida que los cultivos frenen su caída y el sector recupere su desarrollo.

¿Simplificación administrativa o retraso en el pago de las ayudas?

Dentro de los cambios introducidos en este programa de ayudas, que cuenta con 268 millones de euros procedentes de la UE y 25 millones del Estado, la Consejería de Agricultura ha reducido, en la mayoría de los casos, a una única convocatoria la solicitud de ayudas en lugar de dos como hasta ahora, bien del año en curso o del año anterior en función del sector. Esta modificación, aunque a primera vista pueda parecer beneficiosa porque se entiende que reduce la carga administrativa y agiliza el papeleo en el momento de la tramitación, puede tener una segunda lectura que se traduciría en un retraso todavía mayor a la hora de abonar los importes de dichas ayudas (por lo general se abonan un año después de presentar la solicitud), además de dificultar a los productores la solicitud de un anticipo en las entidades bancarias.

En el caso concreto del vino, ahora podrán ser los consejos reguladores u órganos de gestión de las DOP los encargados de cursar anualmente las solicitudes de ayudas de aquellos agricultores que, de manera conjunta y para simplificar trámites, quieran solicitarlas a través del SIGPAC, el Sistema de Identificación Geográfica de Parcelas Agrícolas de Canarias, conforme a la última actualización presentada en el periodo de solicitud de dicha ayuda.

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