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Pilar Carballo, de trabajar en una oficina a fabricar proteína animal

Es la única ganadera de Tenerife especializada en la producción de carne ecológica de ovejas pelibuey y en la recuperación de esta raza en peligro de extinción. Asegura que el consumo va en aumento.

Pilar Carballo, de trabajar en una oficina a fabricar proteína animal

Plantearse la ganadería como alternativa laboral supuso un antes y un después en la vida de Pilar Carballo. Esta exsecretaria de dirección de un importante centro adscrito al Gobierno de Canarias, tomó la decisión de cambiar de profesión mientras se recuperaba de un episodio de estrés y encontró en el campo la respuesta que andaba buscando. Desempolvó su título de capataz agrícola, que llevaba 29 años sin usar, comenzó a actualizar su formación para estar al día en todo lo relacionado con el sector agrario y, tras realizar un concienzudo estudio de mercado, analizando el consumo alimentario en las islas, se decidió en 2017 a emprender aprovechando 8.000 metros cuadrados de terreno que tiene en los altos del municipio de Arafo. Optó por una explotación agroecológica, adelantándose a las exigencias de la Unión Europea para 2025, a la que ha bautizado con el nombre de Finca La Jara. Actualmente cría 300 gallinas y 10 madres reproductoras de ovejas canarias de pelo o pelibuey. Produce huevos y carne, esta última lleva el símbolo RUP, el sello europeo de producción ecológica y el de carnes frescas de Tenerife, distintivo promovido por el Cabildo Insular para animar al consumo local. Complementa su producción con el cultivo de una amplia y variada oferta de hortalizas y frutas de temporada.

Carballo pertenece al colectivo ‘Ganaderas en Red’ que agrupa a aquellas mujeres ganaderas y pastoras de España, algunas de ellas con ganado de razas autóctonas como es su caso. Señala que, en los últimos años se ha incrementado el consumo de carne de oveja pelibuey, para la que se cría principalmente esta raza desprovista de pelo que solo cuenta con 2.500 ejemplares en el Archipiélago (según el censo del Ministerio de Agricultura de 2020, la mayoría en Tenerife) y por la que ella se ha vuelto más conocida, al ser la única ganadera de Tenerife especializada en la crianza y recuperación de esta raza en peligro de extinción.

“Hay más conciencia por parte de los consumidores a la hora de elegir productos cárnicos canarios de buena calidad, sobre todo a raíz de la pandemia”. El hecho de que además la carne proceda de animales criados al aire libre, alimentados con hierba fresca y pastoreados todos los días, gracias a terrenos cedidos por los vecinos, es “un valor añadido y una diferenciación” sin olvidar que se trata de carne exquisita, baja en colesterol, jugosa y carente de grasa, lo que la distingue de la de oveja de lana.

La explotación está provista de dos corrales para dar cobijo a sus gallinas destinadas a la recría y reproducción de las que obtiene unos 6.000 huevos al mes, así como una zona techada para el descanso de sus ovejas alimentadas únicamente con los recursos del entorno. Aprovecha el estiércol y la gallinaza, una vez tratados, como fertilizantes para sus cultivos y emplea agua de galería para dar de beber al ganado. “Es muy importante que los animales estén bien cuidados y tengan todas sus necesidades higiénico sanitarias cubiertas para que se sientan a gusto porque de ello depende la calidad de mis producciones”, manifiesta.

Desprovista de intermediarios, Carballo ha optado por gestionar ella misma todo el proceso de comercialización de sus productos, que incluye la venta directa de la carne envasada al vacío, los huevos y la preparación de cajas personalizadas con las verduras de su huerto listas para recoger en la propia explotación o para entregar a través del servicio a domicilio. Funciona bajo pedido y de momento suministra a cien familias de Arafo y del área metropolitana de Santa Cruz y La Laguna siendo fiel al concepto de kilómetro cero “cuánto más cercano sea el producto al lugar de origen, más fresco y de mejor calidad será”, subraya esta ganadera.

Es consciente que, al ser un negocio unipersonal con la ayuda esporádica de su marido o sus hijos para la realización de algunas tareas, no puede crecer a un ritmo más acelerado, pero tampoco lo busca porque no está dispuesta a acabar como en su anterior trabajo. Con la intención de contribuir a comercializar a otros productores ecológicos, Carballo incluye en su oferta semanal hortalizas y frutas de varios agricultores y, mensualmente, carne de ternero procedente de la ganadería ecológica de El Hierro donde las vacas pastan en El Pinar.

Pese al descenso generalizado de la actividad ganadera en las islas, esta empresaria está convencida de que apostar por la agricultura y la ganadería debe entenderse como una opción más dentro de la oferta laboral actual. “En el caso de una explotación ecológica de estas características, teniendo en cuenta el intenso proceso de crecimiento que está experimentando este método sostenible de producción de alimentos, es un respaldo para poder ser rentable y continuar”, sostiene Carballo. Confía en seguir viviendo durante mucho tiempo de esta actividad en la que asegura haber encontrado la felicidad.

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